sábado, 30 de julio de 2016

y una mariposa


Sandrine Bonnaire camina como una guerrera, decía Rivette, y quizás por ahí empezó todo, primero vestirla de Juana de Arco y años más tarde Secret défense, hacerla caminar y caminar, desplazarse, tomar el metro, tomar el tren, vagar por un castillo y sus secretos, ir del presente al pasado y del pasado al presente, con la mirada dura que no sabe tanto como quisiera, sí, hacer una película para que Sandrine Bonnaire se mueva en el aire extraño de la venganza y del crimen posible, ese aire que hace diferente el tiempo, que tensa un viaje en tren y luego en otro tren y al fin a pie.

Sandrine Bonnaire camina como una guerrera y esta película es su historia, son sus secretos, aquellos que desvela y aquellos que va creando por el camino, pero no está sola, sus secretos son también los secretos de otros, sus idas y venidas se entremezclan con las idas y venidas de otros, cada cual con sus secretos, a veces coinciden entre ellos y a veces no y se podrían representar con círculos, cada círculo un personaje, y problemas, qué problemas comparten y qué problemas no comparten, y en el centro, en el nudo de todos los secretos, estaría Sandrine Bonnaire, caminando como una guerrera, y alejada del centro, pero no tanto, estaría una chica doble, estaría Laure Marsac, que no camina como una guerrera, no.

Laure Marsac casi parecería que no camina, que no llega nunca a pisar el suelo, como si fuese demasiado ligera, demasiado revoloteante, nerviosa, hablando demasiado, y basta con ponerla junto a Sandrine Bonnaire para que pase algo, de tan diferentes que son, la guerrera y la mariposa, aunque una no es tan dura como parece y la otra no es tan frágil, y el cine también es eso, poner en el mismo plano a dos cuerpos que parecen de planetas distintos, y hacer que existan juntos, hacer que tengan que hablarse, que tengan que negociar la presencia del otro, aquí cada actor viene con su nota principal, con su manera de estar en el mundo, y ninguno repite a otro, todos parecen únicos, a veces acercándose, a veces alejándose, pero nunca confundiéndose, como si hubiese una incompatibilidad física, como si no estuviesen hechos de la misma materia, una materia a veces más pesada, a veces más ligera, sin más posibilidad de unión que la que da un disparo.
(Secret défense, Rivette)

No hay comentarios:

Publicar un comentario